viernes, 10 de septiembre de 2010

En el castillo de Trasmoz

“¡Espíritus de las aguas y de los aires, vosotros que sabéis horadar las rocas y abatir los troncos más corpulentos, agitaos y obedecedme!”

“¡Espíritus de la tierra y del fuego, vosotros que conocéis los tesoros del metal en sus entrañas y circuláis por sus caminos subterráneos con los mares de lava encendida y ardiente, agitaos y cumplid mis órdenes!”

Así clamaba el viejo nigromante en medio de la noche; y a su llamada acudió una horda de espíritus elementales dispuestos a talar, forjar, excavar... Se trataba de construir el castillo más inexpugnable de la sierra del Moncayo: el célebre castillo de Trasmoz, cuyas ruinas, sin embargo, llevan siglos siendo pasto de las brujas... Serán las consecuencias de emplear mano de obra barata.

-Gustavo Adolfo Becquer, Desde mi celda, Madrid, C.E.G.A.L., 1989, pp. 101 y 102.

-Imagen vía: Pateando Tarazona.