jueves, 13 de septiembre de 2012

La profecía del Rey Cuervo


El Rey Cuervo es un personaje de la ucronía fantástica Jonathan Strange y el señor Norrell, de Susanna Clarke. Según la novela, se trata de un misterioso rey mago que en la Edad Media, además de conquistar la mayor parte de Inglaterra, trajo la magia a los humanos desde el país de los Duendes, en donde se había criado. Después de un largo reinado, el Rey Cuervo desapareció misteriosamente y la magía comenzó a declinar hasta perder por completo su efectividad. La acción de la novela transcurre en el siglo XIX, cuando los magos son ya tan solo simples eruditos dedicados a la investigación histórica y a la colección de viejos tratados teóricos y prácticos. Aunque algunos todavía intentan recuperar la antigua magia, y ciertas profecías, como la siguiente, vaticinan el retorno del  Rey Cuervo.

"Yo extendí la mano, y los ríos de Inglaterra fluyeron en sentido contrario...
Yo extendí la mano, y a mis enemigos se les paró la sangre en las venas...
Yo extendí la mano, y el pensamiento y la memoria huyeron de la cabeza de mis enemigos como una bandada de estorninos;
mis enemigos se doblaron como sacos vacíos.
Caí sobre ellos saliendo de la niebla y la lluvia;
caí sobre ellos con una bandada de cuervos que llenó un cielo septentrional al amanecer.
Cuando se creían seguros, caí sobre ellos con un grito que rasgó el silencio de un bosque invernal...

La lluvia abrió una puerta para mí y yo la crucé;
las piedras hicieron un trono para mí y yo me senté en él,
tres reinos me fueron dados para siempre;
Inglaterra me fue dada para siempre.
El esclavo sin nombre ceñía corona de plata;
el esclavo sin nombre fue rey en un país extraño...

Las armas que mis enemigos alzaron contra mí son veneradas en el infierno como reliquias sagradas;
los planes que mis enemigos tramaron contra mí se han preservado como textos sagrados;
la sangre que derramé en antiguos campos de batalla ha sido recogida de la tierra por los sacristanes del infierno y puesta en un vaso de plata y marfil.
Yo di a Inglaterra la magia, don precioso,
pero los ingleses despreciaron mi regalo.
La magia será escrita en el firmamento por la lluvia, pero ellos no sabrán leerla;
la magia será escrita en las caras de las colinas rocosas, pero sus mentes no podrán contenerla;
en el invierno, los árboles desnudos serán los signos de una escritura negra, pero ellos no la entenderán...

Dos magos aparecerán en Inglaterra...
El primero me temerá; el segundo deseará contemplarme;
el primero estará gobernado por ladrones y asesinos; el segundo conspirará para su propia destrucción;
el primero enterrará su corazón en un oscuro bosque, bajo la nieve, y aun así sentirá dolor;
el segundo verá su posesión más preciada en manos de su enemigo...
El primero pasará su vida solo; él será su propio carcelero;
el segundo andará caminos solitarios, con la tormenta sobre su cabeza, en busca de una torre oscura sobre una alta colina...

Yo estoy sentado en un negro trono en las sombras, pero ellos no me verán.
La lluvia me abrirá una puerta y yo la cruzaré;
las piedras harán un trono para mí y yo me sentaré en él..."


- Susanna Clarke, Jonathan Strange y el señor Norrell, trad. de Ana María de la Fuente, Barcelona, Salamandra, 2004, pp. 133-137.


- Imagen vía: Wellcome Library.