sábado, 25 de agosto de 2007

Coordenadas preliminares

El libro de los conjuros fingidos tiene muchas páginas, aunque no sean de papel, pero de momento están todas en blanco. Espero irlas llenando poco a poco con los conjuros, encantamientos, hechizos, invocaciones y ensalmos que encuentre en novelas, relatos, libros de poemas y películas, para que al final quede así conformada una recopilación lo más completa posible.

Mi motivación es meramente lúdica y juguetona. No obstante, cada uno puede utilizar estos conjuros para lo que considere más conveniente, incluso con intenciones mágicas. Pues aunque su origen esté en la ficción, a fin de cuentas, ¿qué quiere decir eso?¿Acaso no puden ser tan válidos como los encantamientos contenidos en polvorientos grimorios estos otros, dictados por las misteriosas entidades que susurran al oído de artistas y poetas?

Se me ocurren dos razones para apoyar la validez mágica de los conjuros creados por los alquimistas de la palabra.

En primer lugar, que detrás de muchas novelas y de muchos guiones de películas hay una importante labor de documentación que rastrea en fuentes que pretenden ser auténticas (y en algunas ocasiones los propios autores son expertos en temáticas ocultistas, brujeriles, etc.).

En segundo lugar, que los maestros del esoterismo nos dicen que la sabiduría está oculta, y requiere que la busquemos para ascender en el conocimiento. Si esto es así, qué mejor disfraz para la auténtica sabiduría que el de la mentira. Qué mejor escondite para los auténticos conjuros y hechizos que una vitrina de cristal, a la vista de todos, pero con una etiqueta donde pone: "No me creas, soy sólo ficción".

Sin embargo, yo no soy un iniciado en la brujería o el ocultismo, nada más lejos de la realidad, ni siquiera soy un experto en tales temas. Tan sólo un aprendiz de filólogo que busca entretenimiento en una labor de recopilación más o menas erudita. Espero que tú, futuro lector, también lo encuentres en las páginas de este libro sin páginas.

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