jueves, 30 de agosto de 2007

Sujetando demonios

(A veces en los cómics también se puede encontrar buenos conjuros. Estos dos son muy similares: en el fondo, los dos sirven para sujetar a un demonio bajo el poder del brujo. Ambos están sacados de una misma historia de la magnífica serie sobre Hellboy creada por Mike Mignola, y poseen cierto distanciamiento humorístico. Figura como traductor de ese número Carles M. Miralles.)

(Igor Bromhead acaba de liberar al demonio Liliac de la caja de metal en la que el santo Dunstan lo había aprisionado con unas tenazas mil años atrás. Protegido por una imagen del santo, intenta hacer que Liliac le obedezca como a su amo.)

Armado del poder de su majestad suprema, yo te ordeno y mando, oh, espíritu, por el que dijo una palabra y con ella lo dijo todo. Por los nombres de Adonai, El, Elohim, Ehyeh Asher Ehyeh y Zobaoth. Por Dunstan, el Santo, tu carcelero, cuya imagen me protege. Y por tu mismísimo nombre secreto, Liliac, demonio menor del infierno, pues sabiéndolo tengo poder sobre ti. (…) En su nombre, yo te ordeno. Y por sus santas tenazas. Y por este nombre, Tetragrámaton Jehová, te ordeno y mando, pues al oírlo se desencadenan los elementos, laméntase el aire, el mar se retira… Dame riqueza y poder.

(Ahora Bromhead, acompañado de Liliac, a quien ya ha sometidoa su poder, intenta hacer lo mismo con Hellboy. Recordemos que Hellboy no deja de ser un demonio, aunque haya escogido su propio destino.)

Anung Un Rama (supuesto nombre secreto de Hellboy)… Te maldigo y te maniato con cadenas de hielo y lenguas de fuego… Te ordeno por tu mismísimo nombre secreto, pues por medio de ese nombre ejerzo poder sobre ti. ¡Ahora! (…) Yo te ordeno y mando, por Belam, Belfegor y Molech, por los príncipes y ministros más poderosos de las órdenes infernales, por Astar… (aquí, suponemos, se va a referir a Astaroth, pero Liliac le corta antes de que pueda completar el nombre: “¡No! ¡No! No nombres a ese, que sus favores salen muy caros”.) Entonces te mando por mi propio nombre, Igor Weldon Bromhead… y por Liliac, tu propio primo, que te traicionó. (Aquí seguirían unas palabras en supuesta jerigonza diabólica con una finalidad muy concreta y que no reproducimos al no considerarlo de interés.)

(Mike Mignola, “La caja del mal”, en Hellboy. La mano derecha del destino, Norma Editorial, Barcelona, 2004, [s. pp.])

No hay comentarios: